miércoles, 13 de mayo de 2009

Los problemas que te trae no ser heterosexual (Parte I)

Alguna vez les dije que contaria el problema que tuve con mi mamá este año. Contaré desde el inicio para que estén bien enterados.

Conocí a Ángel en el verano, cuando la vi pensé que era un chico, luego me entró la duda, porqueal verla bien tenía muchas facciones de chica. Desde el primer día en que la conocí supe que era rarísima, porque ese mismo día me dijo que nos podíamos ir de viaje a Canta, que era un lugar muy hermoso y que recientemente había llegado de ahí.
Luego de ese día no la vi. Lo siguiente que recuerdo es que una noche cuando yo hablaba en las escaleras con una ahora antigua amiga ella bajó y me dio un papel que decía muchos versos y en uno de ellos decía que quería darme un beso. Luego de eso dejé de verla de nuevo.
A los días se dio cuenta que mi escritorio tenía una puerta en la que ella podía tocar y conseguirme al instante, y continuamente me iba a buscar. Una noche ella entró, y fue esa misma noche cuando nos besamos y pasó algo más (¡qué activa e inquieta que es esa niña!), pero no se se imaginen mucho, estábamos con la ropa puesta y ella no me tocó nada, estuvo sobre mí todo el tiempo. Lamento descepcionarlos.
Esa chica era muy extraña, pasaban días hasta que pudiera verla de nuevo. Me dijo que estaba trabajando en transportes (o sea cobradora, ¡ajj!, no tengo nada contra esas personas, es un trabajo honesto, se supone, pero no podría estar con alguien como ella), y que no había terminado la secundaria, cuando me dijo eso fue algo que no me gustó, vivir de cachuelos toda tu vida no es algo bueno y no terminas bien en muchos casos, la verdad creo que en todos. Muy pocas son las escepciones.
Esa chica se puso obsesiva conmigo, cada vez que me veía se quedaba cerca de ese lugar, cuando me veía irme, silbaba.
Una vez que íbamos a ir a la discoteca por mi cumpleaños, ella me dio a entender muy bien que quería pasarla pegada a mí todo el tiempo. Y eso me empezó a asustar más, en esos días yo ya estaba algo harta de ella.
Pero a los tres días de mi cumpleaños y un día antes del día en el que iríamos a la discoteca ella y yo estábamos hablando en mi escritorio de nuevo, y la verdad yo quería decirle que ya se fuera y que me deje en paz y no vuelva a buscarme más. Pero mientras hablábamos mi mamá abrió la puerta de mi escritorio...

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